
Caminando en familia. Reserva Natural integral El Pijaral. Parque Rural de Anaga.

Caminando entre el Bosque Encantado de Anaga.
domingo 01 de marzo de 2014
Ruta: Casi circular
Duración: 3-4 horas
Dificultad: fácil-media
Lugar: Reserva Natural Integral El Pijaral. Parque Rural de Anaga. Santa Cruz de Tenerife
Observaciones: Hay que solicitar el permiso correspondiente para acceder al sendero
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Bosque encantado |
Caminar entre Laurisilva siempre supone una enorme alegría pero si lo haces en compañía, es doble alegría. El llamado Bosque encantado, un lugar de magia e ilusión. Somos 25 personas, un grupo numeroso, caminantes de la vida de aquí y allá, desde Adeje, pasando por la capital santacrucera hasta el Valle de La Orotava. Todos en comunión, todos con un mismo ideal, compartir esta experiencia que estrecha vínculos y, sobre todo, nos hace mejores personas… Mi mujer y mis niñas, valientes como las que más, afrontamos un nuevo reto el cual estamos seguro de realizar.
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Alto del Roque Chinobre |
La ruta comienza con un suave ascenso que paulatinamente se va cerrando en cuanto a su desarrollo. El sendero empieza a dejar patente su magia y vas encontrando píjaras y brezos mezlados con árboles que adoptan figuras caprichosas. Uno de esos días de niebla, en la que la nube nos acompaña durante todo el camino. Así avanzamos entre testigos del pasado mientras nos hacen el “pasillo” a derecha e izquierda. La humedad es altísima y el suelo es prácticamente un barrizal. Con cuidado seguimos avanzando hasta llegar al Roque Chinobre, uno de los roques característicos de este sendero que nos da cuenta de la importancia geomorfológica del lugar al cual ascendemos en un cruce del camino que está poco señalizado, aunque una marca en un árbol así lo atestigua.
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Roca Jurada |
El sendero sigue avanzando y conseguimos pasar uno de los hitos del camino, la “roca jurada”, lugar que sirvió para la extracción de carbón vegetal y que queda como testigo en medio del sendero.

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Árboles caprichosos |
Ya de regreso, optamos por la pista forestal en la que nos aguarda una bella senda ancha que nos regala adentrarnos en el bosque y conocerlo desde las medianías. Así, caminamos entre árboles que adoptan innumerables formas, con paredes y cuevas que “sudan” y un pequeño hilacho de agua que desciende con suma paciencia.
Mis hijas están encantadas con esta pista pues se pueden esconder detrás de cualquier píjara. Esta increíble pista nos lleva hasta la carretera y desde allí ascendemos nuevamente por un sendero estrecho impregnado de un halo de magia que nos conduce hasta el roque Chinobre. Así, de nuevo estamos en el sendero original que hacemos de vuelta.
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Family. Foto realizada por Iván Chianese |
Esperamos tus comentarios si has hecho la ruta o quisieras hacerla
Fotos y texto de Agustín Dorta Rodríguez.
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